viernes, 25 de julio de 2014

¡El Octavo Festival llega a su fín!

El Festival Internacional Villa de Medinaceli cierra su edición de 2014 con sendos conciertos dedicados a la influencia de París en célebres compositores españoles. Los que llevan años siguiéndonos conocen ya nuestro esmero en cuidar la música de nuestra tierra de la forma que se merece, con mucha cariño y dándole la importancia que tiene. En esta ocasión nos centramos en la época previa a la primera guerra mundial (finales del s. XIX a 1914) de la cual se cumplen 100 años de su estallido y en una ciudad como París, donde artistas de la talla de Albéniz, Granados, Falla, Turina y Mompou, se nutrieron del hervidero cultural y artístico que representó París en esos años, y encontraron nuevas soluciones estilísticas y técnicas para dotar a la música española de mayor riqueza, variedad y calidad. Gracias a esta influencia, y a la imaginación de estos compositores en la manera en que supieron reflejar la vida y la cultura de un país,hoy la música española tiene rasgos de universalidad que la hacen conocida y querida en todo el mundo.
Los encargados de cerrar el festival con estos estupendos programas serán el cuarteto de cuerda formado por Carmen Tomé y Ana Caballero, violines, Carmen Méndez, viola y Juan Alfonso Cobos, violoncello, acompañados todos al piano por Rubén Yessayan (Director Artístico del Festival).

viernes, 18 de julio de 2014

Entrevistamos a Arturo Calderón, Concertino del Proyecto Contempoclásico



CONVERSACIÓN ENTRE ARTURO CALDERÓN, CONCERTINO DEL PROYECTO CONTEMPOCLÁSICO; RUBÉN YESSAYAN, DIRECTOR ARTÍSTICO DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE MÚSICA VILLA DE MEDINACELI, Y MARÍA SENDINO, PERIODISTA

Miércoles 16 de julio de 2014



(R=Rubén Yessayan; A= Arturo Calderón; M=María Sendino)




M: Arturo, háblanos un poco de vuestro Proyecto Contempoclásico.

A: Este grupo lo ideamos Alejandro Jassan, director de orquesta argentino y yo. Lo primero que tuve claro es que para sacar algo así adelante hay que saber relacionarse.

M: Es fundamental en este mundillo el relacionarse, conocerse, ir a ver…

R: Sí. A veces nos da mucho miedo aproximarnos a gente porque creemos que nos van a  decir que no o porque les vamos a molestar y a veces un “hola, ¿qué tal?” es suficiente. La gente es muchísimo más accesible de lo que parece en cuanto te quitas esos miedos. Es más, la gente quiere que hables con ella. Manteniendo la educación todo es posible.

M: ¿Cómo os conocisteis Alejandro Jassán, el director, y tú?

A: Nos conocimos hace ocho años. Él hacía trabajos eventuales en orquestas, igual que yo, y mi pareja le conocía de eso precisamente. Un día me le presentó sin más y a los dos años volvimos a coincidir en un proyecto que él dirigía. No le conocía como tal, aunque sabía que estudiaba Dirección. Nos caímos muy bien. Fuimos trabajando muy eventualmente, igual una vez al año. Hasta que un día hicimos una producción en formato de cámara de La Flauta Mágica, de Mozart. Él dirigía y yo era el concertino. Vimos que todo encajaba, no sólo que nos cayéramos bien. Al año siguiente él empezó a dirigir la Orquesta Sinfónica de Chamartín, que estaba en un proceso interno de reestructuración total; la rehicieron completamente, y él me llamó para ser el concertino. Ahí es cuando empezamos a colaborar de forma regular, casi todos lo días nos veíamos y hablábamos de música y proyectos para cubrir un poco el tema personal que nos falta a nivel trabajo y a nivel laboral. Queríamos encontrar las piezas con las que estuviéramos a gusto trabajando y empezar a funcionar. Ése fue el momento. Luego fue un año de ensayos hasta dar nuestro concierto de presentación. Ahora mismo el proyecto está reformulándose porque Alejandro está estudiando en París, vive allí. Su mujer, que es soprano trabaja habitualmente en Francia. Lo que hacíamos antes de quedar todas las semanas para ensayar ahora lo vamos a hacer por proyectos. La relación con él es muy buena.

M: La relación director-concertino es clave.

A: Su relación con todo el mundo es muy buena. Es una persona muy afable, que además no ve el posible “lado oscuro” de las situaciones. Es muy optimista, es trabajador, con lo cual se lleva muy bien con todo el mundo. Las cosas que quiere sabe pedirlas, por lo que trabajar con él es un placer.

M: Entonces vosotros visteis que teníais unas necesidades no cubiertas.

A: Por la parte de la gente del grupo y también por el trabajo en Madrid. Estamos hablando de la capital de España, donde no hay una orquesta de cuerdas estable.



M: Echabais quizás de menos un proyecto sólido de ese estilo.

A: Bueno, ojalá podamos hablar en el futuro de que es sólido, pero a priori es ponerlo en marcha. Saber si cuaja y que podamos decir en 10 años que fue bueno empezar. Por desgracia, hay muchos proyectos que por el camino nacen y mueren y esperamos que no sea éste el caso.

M: ¿Cómo es el emprender un proyecto cultural, y más de música clásica, en plena crisis? ¿Os dicen que estáis locos?

A: No.

R: Dice “no” mientras asiente (risas).

A: Yo lo veo así: hay un mundo cultural y un submundo cultural. Una diferencia básica entre ellos es tocar o dar clases, que aunque también es mundo cultural esto último, no refleja tanto nuestro lado artístico. Ese lado de representar, hacer funciones, tocar, hacer música en definitiva, tiene su submundo cultural. La gente que trabajamos aquí hemos tenido poco acceso al mundo cultural. A lo que estamos acostumbrados en Madrid (que tiene mucho submundo cultural) es a hacer casi cualquier tipo de trabajo en cualquier condición. Igual un cantante de ópera que canta de solista al aire libre para él es algo de mundo cultural. Pero toda la orquesta, coro y producción que se mueve para ello es lo que llamo submundo cultural que no aparece en los medios, no existe. O ir a tocar a la plaza de un pueblo perdido, eso es como que no existiera. Está mal el mundo cultural, pero lo está peor el submundo. En esas condiciones en las que cada vez nos pagan menos, nos ofrecen peor calidad de trabajo pero exigen más (porque la gente que está saliendo está bien preparada), llega un momento en el que dices: ¿sigo intentando sobrevivir y amargándome un poquito cada día o intento hacer algo que me dé ilusión? Con Alejandro y conmigo surgió de esa forma. Igual una vez al mes hacíamos algo con ilusión, pero otras diez en las que no. Básicamente era encontrar algo que hiciera de motor. Tanto él como yo estábamos muy cansados de hacer memoria y ver que en un año sólo habíamos sacado tres cosas en un año de las que queríamos. Así estábamos todos los que formamos esto. Tanto Alejandro como yo colaborábamos en ese mundo cultural pero no teníamos una presencia firme en absoluto. Era y sigue siendo a medias una locura, pero lo que te hace cometerla es seguir identificado con tu profesión.

M: Pura dignidad artística.

A: En parte sí.

R: He leído mucho sobre el fenómeno de nuevas orquestas, y de lo que quizás  debería ser la orquesta del futuro, más basada en una autogestión de los músicos que en una relación tan jerarquizada como antes. ¿Cómo se posiciona vuestro proyecto en esto?

A: Inicialmente había que sacarlo adelante. Fuimos tres personas las que decidimos apostar por el proyecto. Después se unió una más que necesitábamos para hacer la asociación porque una de las iniciales no sabía qué grado de implicación podría tener en el proyecto. Así que fuimos cuatro los que comenzamos y a partir de ahí fuimos sumando. Es decir, llamar gente y proponerles participar sin más. Con el paso del tiempo hemos visto que no es igual la energía en la gente si consideran el proyecto propio o ajeno. Algunos decidieron sumarse y a otros hubo que motivarles para ello. Ahora mismo es un proyecto de autogestión. Hicimos una comisión artística, otra de trabajo, otra para valorar situaciones como buscar sala de ensayo, conciertos, etc.

R: Es decir, una orquesta “políticamente asamblearia”.

A: Digamos un núcleo de seis u ocho personas que nos repartíamos el trabajo y hacíamos partícipes a los demás. Entre todos es más fácil.

M: ¿Cuántos sois en total?

A: Es plantilla variable según proyecto y la fecha. La plantilla base es de 15 músicos.

R: ¿Siempre sólo cuerda, nunca añadís nada especial?

A: La cuerda es la base de la orquesta. Hemos trabajado con vientos en un concierto en Getafe, por ejemplo. Es decir, sabiendo que nuestro objetivo es trabajar el repertorio de cuerda, no estamos cerrados a colaboraciones con grupos de vientos o con cantantes, o con solistas.


M: Explícanos, por favor, el nombre del proyecto: Contempoclásico.

A: Es la posibilidad de jugar con algo contemporáneo y clásico. Ambas palabras por sí mismas producen tanto atracción como rechazo. Así, buscábamos que hubiera gente que pudiera acomodarse tanto a una cosa como a la otra. Y a la vez, me interesaba destacar “con-tempo-clásico”. Yo casi puedo decir que soy de otra época en cuanto a gustos musicales, de formación lenta (quiero decir a fuego lento, no que me cueste aprender) (risas). Llevo siendo melómano desde los 16 años. No todos los músicos pueden decir eso. No quiero ponerme en un lugar más o menos que nadie, pero la formación que yo he tenido de escuchar muchísima música, sí que creo que me da un poso de saber hacer las cosas o por lo menos buscarlas. Muchos proyectos que empiezan ahora no tienen esa base por tocar notas. A mí me interesa buscar la magia porque estoy convencido de que la música tiene magia. Para mí es un disfrute y tengo esa suerte.

M: ¿Siempre tuviste desde joven que ibas a ser músico?

A: A los 18 totalmente. A los 15 fue mi “boom”. Tuve la suerte de tener profesores que no sólo me animaban con el violín sino que me hacían escuchar música. Supongo que eso también parte de un alumno. Si éste está interesado, el profesor le interesa aún más. En mi caso era llegar a clase como loco contando la pieza y el compositor que había oído y conseguir recomendaciones para escuchar cosas nuevas o a veces llegaba maravillado, por ejemplo, con Brahms y entonces me hacían escuchar Rachmaninov. Muchas veces eran autores de lo que no sabía ni que existían. Llegar a casa, escuchar música de esos autores, leer sus biografías, saber qué obras tenían, tener acceso a libros que me explicaran lo que estaba escuchando… para mí fue una revelación.

M: Al hilo de esto, ¿cuál es tu opinión sobre la educación que se imparte en España? No me refiero a los planes oficiales del ministerio sino en conservatorios y escuelas.

A: No tengo una opinión fiable porque llevo once años en escuelas, unas veces municipales y otras en privadas. Mi visión es muy reducida de lo que es la base. Sé que se hacen cosas muy bien en algunos sitios, tanto a nivel público como privado, pero no vivo dentro de esa situación. Terminé los estudios en 2002 y llevo 12 años alejado de lo que es el día a día en un centro de enseñanza.

M: Pero cuando trabajas con gente que acaba de terminar de estudiar aquí, ¿cómo les ves? ¿Crees que están preparados? ¿Estamos al nivel europeo?

A: A medias. Si había una diferencia brutal hace 20 años (aquí el que terminaba Superior tenía que irse a fuera a hacer otro Superior, es decir, después de diez años de carrera te tenías que ir al extranjero a hacer otros dos, tres o cuatro años más, eso era lo normal para decir: estoy preparado), ahora no. Haces 14 años de carrera aquí y lo mismo te vas para hacer dos cursos de máster, postgrado, perfeccionamiento y estar más o menos al nivel europeo. Pero lo que más ha cambiado ha sido la mentalidad: en los años 80-90 tuvimos un boom de creación de orquestas y aquí no había gente preparada así que trajeron mucha gente extranjera para cubrir esas plazas de orquesta que abrieron por completo la mentalidad. Tanto a nivel de orquestas estables como ese submundo cultural al que hacía referencia antes, es decir, lo que llamamos “bolo”. Aquí te podías maravillar por la forma de tocar con uno de cada 10. De pronto te venían de Europa del Este y todos eran espectaculares. Fue abrir mentes y ponerse las pilas. Hizo que los jóvenes no tuvieran la referencia de un nivel bastante bajo.

R: El nivel de profesionalidad aumentó notablemente.

A: Sí, sobre todo a nivel técnico. Ahora me estoy encontrando muchos jóvenes que salen muy preparados en conocimientos a nivel técnico y sin embargo no lo están a nivel laboral. Te encuentras gente irresponsable, que no sabe o no le interesa trabajar en grupo, o que si no hay tal cantidad por medio no le interesa… Hasta cierto punto es lógico. Yo llevo viviendo por mi cuenta desde los 18 años. Para mí es impensable rechazar un trabajo. Es decir, si tengo posibilidad de hacerlo debo hacerlo porque hay meses que no llego económicamente. Esa situación hay muchísimos jóvenes que no la conocen ni quieren conocerla. Digamos que a nivel laboral hay muchas separaciones. Están saliendo muchos jóvenes bien preparados y el mundo cultural no tiene sitio para ellos. ¡Pero es que el submundo cultural tampoco!

M: ¿Cuál es la situación?

A: Para mucho es no empezar, seguir en casa de los padres hasta que salga algo. No critico seguir hasta los 30 sin salir de casa pero a nivel profesional no hay una formación de disciplina.

R: ¿Pero crees que es un problema sólo del mundo musical? Yo lo veo en todos los sectores. Cuando hablamos de por qué en estas épocas tan difíciles ha habido tan poca creación de empresa, tan poca gente que se lanza por su cuenta. Porque para estar esclavizado en un trabajo cualquiera mejor me esclavizo a mí mismo en algo que me gusta o en lo que creo.

M: Aquí nos cuesta tener esa cultura del emprendimiento.

A: Yo no lo conozco…

R: Es algo que desde el colegio no se fomenta, esa individualidad y dar el salto a defender tu vida y crear algo para ti.

A: Una de las cosas que nos motivó a poner este proyecto en marcha (que llevábamos un año intentándolo pero no nos lanzábamos) es que empezaron a surgir orquestas con jóvenes de nueva formación. Era el momento. No todas tenían la misma aspiración, pero las había con aspiraciones altas y calidad. Teníamos la sensación de que era el momento porque o bien la gente se mete en otros proyecto o nosotros mismos íbamos a ver que nuestro mercado y nuestra zona de actuación se nos reduciría. Al final, con el paso del tiempo, ves que lo que era un proyecto que empezaba con dos o tres conciertos en tres meses se ha quedado con esa cantidad pero al año porque no es tan importante como parecía. Salen muchísimos jóvenes cada año y no saben dónde colocarse.

R: Que yo sepa en los últimos años sólo en Madrid han nacido tres o cuatro orquestas nuevas: la Barbieri, la Opus 23, la Verum, la de Getafe…

A: Por ejemplo, la Orquesta Verum empezó siendo una orquesta de “bolos” en Tomelloso (Ciudad Real). Yo participaba con ellos. Cada dos o tres meses había un concierto. Dos fines de semana antes te llamaban para ir a tocar. Llegabas cansado, volvías a Madrid y regresabas al día siguiente más cansado todavía… En un ambiente no del todo bueno de ese submundo. Esa orquesta la rescató Miguel Romea, que es clarinetista, pero que hace mucho que se dedica a dirigir bandas y orquestas. Muy buen director, muy buen músicos. Trabajé con él a nivel compañero cuando yo era aún estudiante. Él lo hizo todo de otra forma: agrupó los ensayos, cogió gente joven (no del submundo cultural) de la zona de La Mancha, Andalucía y algunos de Madrid, pero que pudieran permitirse estar tres días seguidos allí, descansados, más frescos, aceptando ideas nuevas… Muchas veces cuando llevas 20 años en el submundo cultural tus ideas propias hacen frenas las ideas del que tienes delante y el trabajo no es siempre positivo. ¿Qué pasó? Que la Orquesta Verum, que era del submundo cultural, la ha puesto en el mundo cultural. Ahora tienen trabajos en Madrid. He vuelto a colaborar con ellos recientemente y no tienen nada que ver. Eso es una alegría inmensa, ver que se puede trabajar bien.


M: Entonces, ¿hacia dónde va el futuro de las orquestas privadas o independientes? ¿Tienen futuro?

A: No lo sé, porque si no hay subvención o contrato público por medio es muy difícil sacar dinero. Es decir, a veces tienes un apoyo que hace que vayas funcionando y que el patrocinio privado o contratos privados salgan. Pero no es habitual. He trabajado con algunos de estos proyectos privados, que te proponen una cantidad económica por una colaboración es baja. Sabes lo que es, que acaba de empezar, al que das margen y que por la ilusión de los que están lo haces. Por ejemplo, la Verum ha tenido contratos de la Comunidad de Madrid y lo que ofrece es el triple de lo que dan otros proyectos de este tipo. Para estar bien pagado el músico, si no hay dinero público por medio u otra estructura que hace que lo privado también saque el dinero, mal asunto. Yo soy de la opinión de que la cultura debe tener una base pública. Obviamente hay que buscar otros resorte, otros mecanismos. Igual que la base de la educación es pública (que no estoy en contra del que quiere estudiar de forma privada), igual que en la medicina, pues lo mismo debe suceder en la cultural. Hay gente que por desgracia confunde la cultura con entretenimiento. La cuestión es la visión que se tiene. Para mí esa es la diferencia básica.

M: Antes hablabas de cómo se reduce el número de bolos anuales en las orquestas. ¿Crees que también puede deberse a una reducción de demanda (en cuanto a público)?

A: Si tú publicitas, la gente se interesa. Si además de publicitar, pones precios bajos, la gente se interesa y acude. Si publicitas y pones precios bajos la gente se interesa y no acude. Si no publicitas y tienes precios altos no tienes nada. Todo está en relación. Para mí el problema básico es diferenciar entre cultura y ocio. Muchas veces el ocio crea cultura. Es un trasvase.

R: Moviéndonos a cosas más placenteras, este fin de semana Contempoclásico viene al Festival Internacional de Música Villa de Medinaceli con dos formatos diferentes, probablemente por buscar la flexibilidad de la orquesta y buscar opciones diferentes. El sábado con tres pequeñas agrupaciones de cámara y el domingo con la orquesta al completo. Explícanos un poquito cada una de las versiones y el programa que vais a tocar.

jueves, 17 de julio de 2014

Proyecto ConTempoClásico u otra manera de construir una orquesta

Este próximo fin de semana nos visita el Proyecto ConTempoClásico. Nos ofrecerán dos estupendos conciertos, uno de cámara el sábado 19 y otro de orquesta el domingo 20. A continuación os ofrecemos una pequeña introducción a esta agrupación, por si aún os lo estais pensando.
 
El Proyecto ConTempoClásico nace en 2012 de la unión de un grupo de músicos de alto nivel, amplia formación e inquietudes comunes para realizar un trabajo serio sobre un repertorio de gran calidad artística pero desgraciadamente poco común en las salas de concierto: el específico para Orquesta de Cuerda. Se trata de un proyecto autogestionado por los propios músicos de la orquesta a través de grupos de trabajo
encargados de todo lo necesario (conseguir sala de ensayos o materiales de trabajo, coordinar ensayos, atender las redes sociales, buscar conciertos...).
El 21 de Junio de 2013 se presentó en sociedad con gran éxito en la Sala Manuel de Falla del RCSM de Madrid con obras de Mozart, Turina, Bartok y Dvorak. Asimismo, ha colaborado en el XXII Festival de Música Antigua y Sacra Ciudad de Getafe y prepara la primera grabación comercial de la ópera-tango "Mateo", de Martín Palmieri.
El maestro argentino Alejandro Jassán es el director musical del Proyecto ConTempoClásico, y su director artístico es Arturo Calderón.

 

Arturo Calderón, concertino

Profesor Superior de Violín y Música de Cámara por el RCSM de Madrid, habiendo estudiado con Manuel Suárez y Pedro León. Ha recibido consejos de J.L.García Asensio, Víctor Ambroa, Juan Llinares, Manuel Guillén, Vartan Manoogian, Ara Malikian, Rafael Kismatulin, Mauricio Fuks o Sergey Teslya.
Integrante de orquestas como la Orquesta Filarmónica de Madrid, Orquesta Filarmonía, Orquesta Filarmónica de España, colabora asiduamente con orquestas como la Orquesta Sinfónica de RTVE, Orquesta Sinfónica de Madrid, Orquesta de la Comunidad de Madrid, Orquesta de Extremadura, Orquesta Clásica Sta.Cecilia o la Orquesta VERUM. Ha interpretado como solista con orquesta obras de Vivaldi, Bach y Mozart. Actualmente es Concertino de la Orquesta Sinfónica Chamartín, Orquesta Sinfónica Ciudad de Getafe y del Proyecto ConTempoClásico.
Asimismo desarrolla una amplia actividad como intérprete de música de cámara, con formaciones como el Trío de Cuerda Vanhal o el Cuarteto Calderón, habiendo recibido consejos de Miguel Jiménez, Luis Rego, Miguel Romea o Cuarteto Brodsky. Compagina su actividad interpretativa con la docente, impartiendo clases desde el año 2002 en diversas escuelas de la Comunidad de Madrid (Colmenar Viejo, Brunete, Tres Cantos). 

viernes, 11 de julio de 2014

¡Luis Fernando Pérez visita Medinaceli!

 

"….sin duda, Luis Fernando Pérez toca, desde ahora, en la corte de los grandes de España". 

                                                                                                                (Cuadernos de Música)

 

Muchas cosas se han dicho de él; pianista virtuoso, sensibilidad humanística, admirable, fuerza expresiva, magistral, imprescindible...En este mundo tan exagerado que vivimos podrían resultar excesivos, pero en el caso de Luis Fernando son justos, merecidos y muy trabajados. Un poeta musical de gran inspiración que logra sus increíbles resultados no sólo gracias a una sensibilidad fuera de lo común y una sabiduría musical y vital luminosas, sino tambien a una capacidad de trabajo y amor a su instrumento también poco habituales. Talento, trabajo, honestidad y dignidad artística son las bases de uno de los grandes músicos de nuestro país.

En Medinaceli somos conscientes de la tremenda fortuna que tenemos de poder contar con él cada edición. Gracias a sus cualidades, mezcladas con el ambiente místico de la colegiata se dan cada año momentos inexplicables de luminosidad artística, que nos dan una razón más para continuar cada año, en la búsqueda constante de seguir produciendo esas emociones y sensaciones maravillosas en nuestro ferviente y leal público.

 

 

El Festival de Medinaceli le debe mucho a este gran artista, que además de semejantes cualidades reúne unas condiciones humanas como la amistad y la lucha por sus ideales que le convierten en nuestro amigo y fiel consejero. Ha sido miembro fundador de este festival y a pesar de todo lo que le debemos, insiste cada año en regalarnos lo mejor de sí mismo. En esta ocasión nos brindará una mezcla de romanticismo alemán (Beethoven, Brahms) con impresionismo español (de Falla), una melange  que pocos como el saben realizar con éxito y belleza. Este sábado 12 de Julio a las 20 horas ¡¡¡No se lo pierdan!!!

Si queréis consultar el programa completo podéis hacerlo en el siguiente link:

http://festivalmusicamedinaceli.blogspot.com.es/p/conciertos.html

viernes, 4 de julio de 2014

Entrevista a Masayuki Takagi, miembro del dúo KaM MusiK (2ª parte)



(En esta segunda parte nos centramos más en la influencia y estado de la música española )

(RY=Rubén Yessayan; MT= Masayuki Takagi; MS=María Sendino) 

 
MS: Cambiando de rumbo por completo en la conversación, a ti como guitarrista profesional, ¿qué opinión te merece Paco de Lucía, recientemente fallecido?

MT: Fue un shock tremendo, una pérdida importantísima. Ha muerto demasiado pronto, era muy joven. Pero creo que la sociedad española debería darle algo más. Aquel día debería haber sido luto oficial pero todo el mundo trabajó como un día normal. Me pareció muy triste, aunque entiendo que no se puede paralizar un país.

RY: De todas formas para la atención que se suele dar a los artistas españoles creo que a Paco le hicieron un gran homenaje y una atención muchísimo mayor de lo que se suele dar. El día que murió Alicia de Larrocha no se vio nada por ningún lado. En Televisión Española fue medio minuto y luego pusieron 20 minutos sobre Paquirri, ya que murieron el mismo día con años de diferencia. Ahí piensas: ¿quién hizo más por la cultura española?

MT: El nombre de Paco en cualquier caso es universal. Todo el mundo le conoce. En Japón tiene tantos admiradores... Creo que está nivelado en impacto a Pablo Picasso.

RY: Los artistas españoles siempre han sido más valorados fuera.

MS: Queríamos charlar un poco sobre cómo se vive en Japón la música española.

MT: Para muchos la música española es sinónimo de flamenco, sobre todo baile en las mujeres. Hay mucha afición en las chicas a esta danza. En cualquier ciudad medianamente grande, en torno a 50.000 habitantes, puedes encontrar alguna academia de baile flamenco. Está totalmente extendido. Hay mucha gente que toca la guitarra flamenca muy bien e incluso hay cantaores. Parecen dos países opuestos pero se tocan. De hecho hay una similitud en el movimiento de manos del baile flamenco y en los abanicos.

MS: ¿Y al revés? ¿Cómo ves aquí la cultura japonesa?

MT: Es un tema muy interesante. Tengo dos hijos adolescentes que son mestizos. Sobre todo el mayor tiene mucha envidia de sus amigos porque son grandes aficionados al movimiento japonés, a los dibujos de anime, que son una parte muy importante de nuestra cultura. A raíz de eso muchos españoles se están interesando en nosotros y eso me alegra muchísimo. Por ejemplo, cuando llegué hace 30 años la gente no entendía que comiera sushi, pescado crudo. Hoy, está completamente normalizado.

MS: Yo echo de menos ciclos en grandes salas con música de países lejanos como el tuyo. Es verdad que empieza a haber ciclos de música del mundo a pequeña escala. ¿Tú también lo extrañas?

MT: Sí, la verdad es que sí. Pero es que las mentalidades y la cultura son diferentes. La música japonesa sí que se mueve en un círculo más cerrado pero se está empezando a abrir, como le pasó al flamenco hace unos años.  Necesitamos una figura en nuestra música como Paco de Lucía que difunda, que haga de embajador fuera de nuestro país. Afortunadamente, este año y el pasado, con la conmemoración de los 400 años de relaciones de ambos países, sí que ha habido muchísimos eventos y muchos españoles han podido ver espectáculos japoneses (baile, música y otros).

RY: Hicisteis un gran acto en el Teatro de la Zarzuela hace unos meses todo el fin de semana con distintos agrupaciones. Un showcase muy fidedigno de lo que es vuestra cultura y tú, Masayuki, fuiste el maestro de ceremonias.

MT: Sí, en total fueron 120 artistas divididos en tres grupos que vinieron. La verdad es que fue un éxito. Hubo degustaciones de sake, arte floral, un poquito de todo.

MS: Para llegar a esa cultura de la que hablamos, hay que inculcarla desde la infancia. Entramos en el terreno de la educación. ¿Cómo es vuestra ley respecto a la cultura, el arte y la música?

MT: Se fomenta mucho más que aquí. Se enseña música por supuesto en el colegio, arte también. No sólo se canta o tocas la flauta, sino que también se da historia. Pero aquí hay un pequeño error porque la educación musical en Japón está demasiado enfocada en la música occidental, nos tienen que enseñar más la tradicional japonesa. No sé si ahora ha cambiado, pero, por ejemplo, si estudiábamos cinco obras en un año, sólo una era nuestra. Eso es triste, pero por lo menos teníamos formación.

RY: La verdad es que la cultura occidental lo ha invadido todo; todo lo que es el mundo oriental, la cultura popular, se sumerge en el lenguaje occidental y adapta sus esquemas a él. Para empezar, la música de cualquier país de Oriente se basa en unos esquemas de afinación que no tienen nada que ver. Nosotros tenemos nuestro oído temperado acostumbrado a una afinación equis y nos resulta muy extraño escuchar instrumentos que se afinan diferente, nos cuesta entender cómo funcionan y cómo se construyen los esquemas musicales. A mí me encantan todas esas músicas pero son muy difíciles de ver por eso. Creo que nos hace falta que haya una invasión oriental de la música que nos enseñe nuevos esquemas y nuevas alternativas porque seguro que muchas de nuestras cosas son adaptables y seguramente podríamos encontrar un camino nuevo de expresión que ahora mismo nos falta.

MT: Sin embargo, hay escuelas que no quieren mezclarse con el exterior. Intentan conservar su tradición, es una escuela cerrada. Por eso la mentalidad es diferente, no quieren divulgar sino conservar.


RY: Creo que eso pasa en todas las culturas populares del mundo. Aquí con el flamenco sucedió igual. Era muy difícil innovar. A los primeros que se atrevieron a hacer fusión les cayeron críticas de todos los colores y por todos los lados y aún así sigue habiendo un núcleo duro que no quiere más que el cante tradicional hecho de determinada manera. Esto es fantástico y tiene su sitio, pero las fusiones no quieren decir que vayamos a perder sino que va a haber más variedad. Evidentemente, la tradición y la raíz se tienen que seguir cuidando para que no se pierdan ni desvirtúen. Cada uno defiende lo suyo. En cualquier país con tradiciones propias existen núcleos duros de gente que quieren hacer eso y nada más. En un mundo que se globaliza y donde las estructuras locales cada vez desaparecen más y se llena todo de generalidades y todo se parece más, creo que estos núcleos cada vez van a ser más férreos en su defensa y me parece muy bien porque ahora sí que estamos en un momento en el que tienen peligro de desaparecer porque no se les da un vehículo, no se fomentan los medios, sino que se apoya lo que da más dinero. Me pregunto: ¿nos cargamos la tradición porque no da dinero?

MT: Eso es lo que pasa dentro del arte.

RY: Sí, incluso dentro de la propia música clásica, donde tenemos ese dilema de cómo innovar y hacer la música clásica más moderna pero sin perder la autenticidad y la honestidad artística, que es lo que más cuesta. Innovar por innovar al final es una estupidez. Tenemos un serio problema: llevamos 150 años haciendo lo mismo, tocando un concierto de la misma forma en que empezó Liszt a hacer: nos sentamos delante de una gente que se calla, escucha y se va. Hay que abrir fórmulas nuevas pero hay que pensarlas muy bien y no hacer cualquier cosa; siempre con la música como centro y al servicio del arte. Eso es lo que al final importa.

RY: ¿Cómo ves, Masayuki, la atracción España-Japón? ¿Como de polos opuestos o hay características comunes?

MT: Yo veo ambos lados. Es difícil valorarlo pero lo que más me alegra es ver a los japoneses venir y quedarse sorprendidos y encantados y viceversa.

RY: ¿Qué carácter crees que tienen ambos pueblos en común?

MT: Creo que el espíritu, el alma, el corazón.

RY: ¿Quizás el instinto creativo, pasional, el dejarse llevar más por el corazón que por la razón? Aunque los japoneses son muy contenidos.

MT: No somos tanto de expresar sentimientos como los españoles pero lo llevamos dentro.

RY: Me llama la atención si eso es un instinto que se lleva ahí y que luego produce ciertas explosiones de carácter, porque tanto el anime como el cine japonés son muy violentos. Me pregunto si es su psicología.

MT: Hay que tomarlo como un mundo virtual, no real, pero ese tipo de fantasía sí que nos gusta mucho.

MS: Y a la vez es un pueblo muy noble.

MT: Sí, justo lo que hablábamos del espíritu del samurái.

RY: ¿Perdura ese espíritu?

MT: En un sentido sí, sobre todo en el respeto a los demás. Para nosotros es una virtud muy importante: lo que no quieres que te hagan no se lo hagas a los demás. Eso me chocaba mucho aquí cuando era joven, pero podía absorberlo, no me importaba puesto que sois otra cultura. Pero con el tiempo lo voy rechazando. Somos tan diferentes… (hace un gesto con las manos alejándose la una de la otra). Cada vez noto más la diferencia después de tanto tiempo.

RY: Te tiene que crear dilemas morales y existenciales y más habiendo criado hijos aquí. ¿Ellos son más japoneses o españoles, o quizás has encontrado el equilibrio perfecto? Yo también soy mestizo y evidentemente siempre estás más cercano al país en el que has nacido.

MT: Ellos son auténticos españoles, la verdad.

MS: Yo quisiera que habláramos un poquito de las situaciones que se están dando en España en los mayores coros profesionales como el de RTVE y recientemente en el Nacional, en los que ha habido protestas y huelgas debido a las condiciones laborales que están sufriendo. ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Crees que tienen que plantarse y reivindicar sus derechos o se debería aguantar el chaparrón?

MT: Creo que ese tipo de problemas los hay en todo el mundo, también en Japón. El problema siempre es económico. Eso es lo más triste que hay. Hasta que no cambiemos la estructura social mundialmente esto irá poniendo muy difícil, no sólo en el mundo de la música. Ahora es un buen momento para levantarse un poquito.

RY: Es un momento difícil. El modelo de negocio ya no funciona. Pero no sabemos cuál va a ser el del futuro. Estamos dando palos de ciego, viendo lo que hace gente en internet, viendo lo que hacen algunas empresas… se va a llevar el gato al agua el que tenga la visión de qué es lo que de verdad va a funcionar, el que sepa adelantarse a los demás. No es una cuestión de destino, sino de averiguar la demanda de la gente y ver qué puede funcionar a medio-largo plazo. Es muy bueno que en los recientes años se hayan abierto tantas posibilidades, como la gestión cultural en las universidades. Eso lo que va a hacer es que la gente piense cómo sacar esto adelante. A los músicos no nos enseñan eso. Se supone que salimos del conservatorio preparados para el mundo y no es así. Nos preguntamos: ¿y ahora qué hago? ¿Quién me representa?

MT: ¡Eso me pasó a mí!


MS: Probablemente faltaba esa figura. El músico tiene que estar pendiente precisamente de la música y no de la gestión. Paradójicamente, aunque se resten horas en la educación oficial a la música, sí que están surgiendo nuevas disciplinas y carreras que hacen ver que los tiros y las necesidades van por otro lado.

RY: Aquí en España aún es muy genérico pero cuando estudié en EEUU había universidades que ofrecían carreras muy específicas, como management de orquesta. Era una especifidad absoluta, quizás demasiada. Tampoco abogo por eso, sino por un equilibrio. Ahora mismo, por desgracia, la universidad aquí va por detrás de la realidad y debería ser al revés, debería ir por delante y de ahí saldrían las ideas.

MS: Nuestro sistema es demasiado teórico aún, muy de memorizar y de espaldas al mundo real, pero por suerte va cambiando. Lo que sí es preocupante es que eliminen la música de la educación primaria. ¿Quién escuchará conciertos de música clásica en el futuro? La gente no asistirá pero por puro miedo a no saber lo que es aquello o si les va a gustar.

RY: Tampoco iban mucho antes. Hasta ahora se ha enseñado música en el colegio pero tampoco creo que se estuviera haciendo bien, que produjese un resultado positivo en los alumnos. Tienes que enseñar la parte teórica y de lenguaje pero también de manera práctica qué función puede tener la música en tu vida como aficionado, conocer distintos estilos, no tiene por qué ser todo clásica, sino su realidad musical: pop, rock, electrónica, etc. Les falta esa conexión con el mundo. Por tanto: la música evidentemente sí en los colegios pero de otra manera. Ahora, de 30 personas en una clase igual les gusta a dos y ven con aburrimiento las corcheas en la pizarra.

MT: No es que no les guste la música sino la clase en sí.

RY: ¡Si la música es el arte que más consume la gente! Y es al que menos atención se le presta, el que menos se trabaja.  Sin embargo, en historia del arte, literatura, etc. estudias todo lo habido y por haber y sin embargo la música debería ser lo primero. La música debería ser centro neurálgico de la programación desde la guardería. Y a partir de ahí puedes crear un sistema elaborado. Sobre todo que el lenguaje musical resulte natural desde el principio, no como unos puntitos en una partitura, sino manejarlo como el inglés, de una manera innata. Igual que hacemos música y movimiento en las escuelas municipales por qué no hacer lo mismo en las guarderías. Así se crearía otro futuro. Y hablando de futuro, ¿qué te depara la vida a ti, Masayuki, en particular y al dúo? ¿Qué proyectos tenéis?

MT: Primero pensamos grabar un disco. Eso es algo imprescindible para los músicos de hoy en día. Nosotros llevamos dos años funcionando y la verdad es que tenemos mucho repertorio, es el momento. La formación de flauta y guitarra tiene muchas posibilidades.

RY: Hay bastante música para esa combinación. Son instrumentos que siempre han ido muy de la mano porque son muy populares. Quizás habría que añadir la percusión. He visto que estás bastante implicado también en proyectos de música contemporánea.

MT: La verdad es que hago de todo. Hay muchos proyectos independientes. Esta semana pasada he hecho un espectáculo de música con imágenes. Lo ha creado el subdirector del Planetario de Madrid, que también es músico, toca la guitarra, escribe guiones, poesía… Ha montado unas imágenes con la Agencia Espacial Europea en un vídeo y después hemos añadido la música, cello y guitarra, y se va narrando un pequeño cuento buscando la raíz de una estrella, cómo evoluciona en el universo. La música se va adaptando. Se llama ‘De Bach a Einstein’ y se ha hecho en el Centro Sefardí. La semana que viene iremos a tocar a Qatar. Este mes de julio para nosotros es ‘terrible’. A continuación vendrá una orquesta de 40 guitarras. Hay mucha afición en Japón de tocar así, con guitarras de distintos tamaños para abarcar distintos registros, así que haremos una gira a partir del día 19 de julio. Éstas son mis vacaciones, cuando hago lo que me gusta.